Una ladera estrecha opaca entre la neblina,
Conduce un destino incierto,
Arboles viejos destruidos por la nieve de los años.
Presencias videntes en cada esquina
Gritos silenciosos en un concierto
Gruñidos pasivos y extraños.
Lluvia helada emparama mis manos,
Mis ojos son un desierto
La neblina espesa la brisa fina
Cura extrema para mis daños.
el mismo sufrir de muchos años
Un pasado incierto
Una mujer divina
Un corazón abierto
Herido por los tantos daños
Hoy no vive, está muerto
Hoy vaga con doliente en la neblina.